Puede llegar un momento determinado en la relación en el que los conflictos de pareja empiecen a surgir. Le enseñamos cómo llevar la situación.
Todos tenemos fantasías. Algunas de ellas suelen ser increíbles, pero precisamente por ello las denominamos «fantasías». Estas elucubraciones mentales e imaginativas ayudan a expandir la creatividad de la persona, haciendo que viajen a otro mundo de ensueño donde cosas completamente inexplicables son posibles, en cualquier momento y bajo las circunstancias más inverosímiles.
Durante algún tiempo, las fantasías sexuales eran vistas en un marco negativo y casi infantil, pero hoy en día mujeres y hombres son cada vez más conscientes de que realmente tener y alimentar las fantasías aporta muchos beneficios.
Las fantasías pueden mejorar la relación
Adentrándonos en el mundo de las relaciones de pareja así como en el de las personas solteras, las fantasías sexuales propiamente dichas intensifican el deseo y aumentan la pasión. Además, por norma general resultan inofensivas, y si se plasman en la realidad generalmente sólo reportan beneficios, siempre, claro está, que la fantasía sexual no implique un mal físico a nadie. Claro que, en el juego sexual, el límite lo marcan quienes participan en él.
Tanto hombres como mujeres tienen fantasías sexuales, sin embargo los hombres tienen menos inconvenientes para aceptarlo, en cambio las mujeres pueden sentir un poco más de vergüenza respecto al tema, por una cuestión social y eduacional. Las fantasías pueden aportar mucho a la vida sexual de la pareja pues le da un toque intrigante y picante a la relación.
Peligro, fantasía a la vista
Otra cuestión relacionada con las fantasías, lejos de la creencia común, son los miedos relacionados con ellas. Efectivamente, la paradoja que envuelve a las fantasías es que resultan atractivas en tanto dominan nuestra imaginación, pero, ¿y si traspasarán la realidad?
Algunos de los miedos más comunes relacionados con las fantasías sexuales son:
1) Perder el control sobre la fantasía.
2) Miedo a hacer realidad la fantasía. Es posible que en el momento de llevarlas a cabo no resulten igual de placenteras a lo que imaginaba.
3) Miedo a comunicar la fantasía a su pareja. Esto es, temor al rechazo de su pareja respecto a su fantasía.
4) Miedo a ser descubierto. Algunas personas temen que otras descubran que fantasean con alguien o alguna situación en particular y puedan ser calificados como perversos.
En realidad, las fantasías, siempre y cuando no perjudiquen a nadie, tienen muchos beneficios ya que con ellas se hace más interesante la relación y se sale de la monotonía agobiante en la que muchas parejas actuales están sumergidas. Disfrútenlas.