Acababa de dar por terminado mi matrimonio de 18 años y, aunque no puedo negar que me daba miedo usar vuestro canal para conocer gente, tras el comentario positivo de un familiar cercano, me armé de valor y rellené el formulario un domingo por la noche. Cuál no fue mi sorpresa cuando al día siguiente por la tarde comprobé que tenía una cantidad de propuestas que desbordaban la mejor de mis previsiones. Al intentar comprobar quiénes me enviaban esos mensajes descubrí, supongo que como todos, que tenía que pagar por ese servicio como es lógico, y ahora reconozco que fue una excelente inversión.
Pronto, demasiado pronto quizás, me surgió mi primera cita. Fue un éxito total por lo que aprendí, ya que estaba bastante oxidado en todo lo referente a conquistas. De hecho, cometí mil errores por mi espontaneidad, pero yo soy así, qué le vamos a hacer. La segunda cita tardó un poco más, dos semanas tan solo, pero dada la premura de la primera a mí me cogió desprevenido. Y en este caso el éxito fue aún mayor que en la primera, tanto que hoy es mi pareja y tenemos un bonito proyecto de vida en común.
A los indecisos, me gustaría deciros que huyáis de estúpidos prejuicios y que los canales y las formas de comunicación han cambiado y debemos adaptarnos a ellas. Además, quiero aconsejaros que no prestéis oídos a quién se erige en censor de conductas ajenas, los que pasáis los días y las noches solos sois vosotros y no ellos.