Paula y Sergio

Son pareja desde el 25 de diciembre de 2010

Soy Paula. Tengo 37 años y dos hijos. Me separé en febrero de 2008 y pasé casi tres años intentando rehacer mi vida.

El primer año, después de la separación, lo dediqué a mi propia persona. Quería seguir formándome y cultivándome de una manera comprometida. Dedicarme a mí. Mi vida sentimental es muy importante y por eso quería volver a sentirme fuerte y bien preparada antes de volver a intentarlo. Tener estabilidad emocional con una persona que me complemente; con ese igual con quién poder ser yo misma y compartir toda mi vida. Lo veía muy difícil y en muchos momentos, creí haber perdido la esperanza. Encontrar a “ese igual” es una tarea ardua y complicada. Lo cierto es que, además, me faltaba tiempo para salir lo suficiente. Y, cuando lo hacía, emprendía mi tarea por conocer al otro con entusiasmo pero no encontraba lo que quería para mí.

Un día frente al televisor, mientras charlaba con mi hija, vi un anuncio de eDarling. No sabía de qué se trataba. Era la primera vez que escuchaba ese nombre: eDarling. Salían personas, hombres y mujeres, de mi edad más o menos, comentando sobre esta página. Hablaban de un test de compatibilidad. De personas que buscaban una relación seria.

Mi hija me preguntó que por qué no me apuntaba. Me quedé pensando con un pelín de “envidia” en esas personas que habían encontrado el amor. Al principio pensé que podría ser una página como tantas otras páginas de contacto en donde encuentras “de todo” y todo mezclado. Mi deseo de encontrar a alguien especial era tan fuerte que entré en la página de eDarling y comencé a investigar. A los pocos días, en noviembre de 2010, decidí hacer el test de compatibilidad. ¿Cómo era yo? ¿Cómo me gustaría que fuera él? ¿Qué buscaba en una relación? ¿Qué podía aportar? Fue muy interesante. Al final del test, tuve la sensación de que me retrataba de una manera fiel. En ese mismo momento ya me sentía más esperanzada. eDarling buscaría hombres compatibles con mi personalidad. A los pocos minutos había seleccionado los perfiles más afines a mí y me los sugería. Así comencé a conocer a varias personas.

Me sentía “protegida” porque sólo puedes ver los perfiles que “ellos” te sugieren. No estás expuesta a todos. Además, la forma de contactar está muy bien: mostrar un interés, enviar una sonrisa o escribir un mensaje.

A los pocos días me propusieron leer el perfil de Sergio. No nos vamos a engañar: ¡su foto me encantó! Su test me dejó con ganas de saber más de él: culto, sensible, tranquilo, con una alta necesidad de crecer y expandirse.

Nos enviamos un par de mensajes y posteriormente nos dimos los e-mails. Nos escribimos durante casi un mes. Eso nos ayudó muchísimo. Conseguimos un nivel de comunicación muy alto. Contactamos enseguida. Nuestras conversaciones eran tan fluidas y tan ricas que el ordenador se nos quedó pequeño rápidamente. Decidimos comenzar a hablar por teléfono. ¡Qué nervios y qué bonito!

¡Era evidente que el test de compatibilidad había funcionado!

Con 37 años descubrí que sentía aún más que cuando tenía 16 años. Sergio comenzó a despertar mi interior de todas las maneras. Me sentía tan especial y tan feliz. Decidimos, por tanto, conocernos un día significativo, especial como nuestra relación. Quedamos el 25 de diciembre a las 20:00h. Habían pasado más de cuatro horas y no podíamos dejar de hablar. Verdaderamente, éramos compatibles. A las pocas horas sabía que él era el hombre que buscaba. Desde aquel día no dejamos de aprender el uno del otro. Me siento más plena, más feliz. Mi vida se ha enriquecido. Mis hijos están felices de verme nuevamente disfrutar, sonreír, planificando mi vida y mi futuro con tanta fuerza y optimismo.

A todos aquellos que buscan una relación estable os animo a realizar el test que propone eDarling: ¡funciona… es real! A aquellos que ya han encontrado a esa persona tan especial seguid alimentando vuestra relación cada día.

A ti, Sergio, vida mía, gracias por cada minuto que compartimos juntos. Gracias por trabajar cada día por ser mejor hombre y mejor persona. Gracias por tu compromiso con la vida. Gracias por compartir tu vida conmigo. Siempre a tu lado, siempre contigo, siempre conmigo.