Elvira y Miguel

Un amigo me sugirió la idea de buscar pareja a través de eDarling; un tanto escéptico accedí, y me hice un perfil en la página. Del otro lado, los nietos de Elvira, en plan jocoso, dijeron: «vamos a buscarle un novio a la abuela», y también lo hicieron a través de eDarling. Durante un tiempo aparecieron personas cuyas características no encajaban con lo que yo ansiaba. Por fin hubo una señora cuyo perfil me llamó la atención. Le mandé un mensaje y ella me contestó, facilitándome su número de teléfono. Desde aquel momento, nuestras llamadas se repetían con mayor frecuencia y, a través de ellas, fuimos descubriendo que algo muy bonito iba creciendo en nuestros corazones.

Fijamos una cita en terreno neutral, y durante tres días, que es el tiempo que duró la cita, pudimos comprobar que, imperceptiblemente, habíamos desarrollado en nuestro corazón el sentimiento más noble… EL AMOR.

Nosotros, gracias a Dios, tenemos muchos años pero no somos viejos, ya que nos profesamos un bellísimo amor,

Hemos vuelto a repetir un nuevo encuentro y, sin lugar a dudas, nos profesamos un profundo y sólido amor. Somos felices estando juntos y estamos dispuestos a perpetuar nuestro amor bajo el vínculo del matrimonio católico. Hasta ese momento, seguimos viviendo una bonita historia de amor que, pese la edad, disfrutamos como adolescentes. Que nadie piense que con los años el corazón se enmohece. El cuerpo pierde facultades pero el corazón permanece inalterable; sólo se es «viejo» cuando uno se siente viejo.

Nosotros, gracias a Dios, tenemos muchos años pero no somos viejos, ya que nos profesamos un bellísimo amor, lleno de química y complicidad, con la pasión e ilusión de quiceañeros.